Con 24 años al frente de la Fundación Rostros Felices, transforma la vida de personas afectadas por labio leporino, paladar hendido y cicatrices graves. Su labor no se limita a la asistencia médica, sino que también integra apoyo psicosocial y rehabilitación para facilitar la reintegración social. Operando en la zona de frontera entre Colombia y Ecuador, la fundación organiza dos jornadas médicas anuales que benefician a más de 170 personas al año, brindando tratamientos médicos, cirugía reconstructiva y apoyo logístico.